Gobierno chileno recorta previsión de crecimiento económico a 2% en 2016

El Gobierno chileno recortó el lunes su previsión de crecimiento de la economía para este año a un 2,0 por ciento desde el 2,75 por ciento que estimaba previamente, ante una débil demanda interna y el bajo aporte de la minería del cobre, la principal exportación del país.

En una presentación ante una comisión del Congreso, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, también proyectó un precio promedio del cobre de 2,15 dólares la libra del metal para el 2016, muy por debajo de un anterior pronóstico de 2,50 dólares.

El ajuste en las proyecciones oficiales se enmarca dentro de los recortes que ya han realizado analistas y ocurre a una semana de la presentación que realizará el Banco Central con sus nuevos pronósticos.

«La actualización de proyecciones está hecha con 2,0 por ciento de crecimiento, que es muy similar también al consenso actual», dijo Valdés durante su presentación en la Comisión Mixta de Presupuestos sobre los alcances de un ajuste fiscal de 540 millones de dólares anunciado recientemente.

Valdés informó además que el cálculo de la demanda interna «no ha cambiado tanto» y sería de un 1,9 por ciento desde un 2,0 por ciento previo, algo que en el Gobierno valoran por el aporte impositivo pese al menor dinamismo del consumo y la inversión.

En materia de inflación, el ministro dijo que los cambios de la proyección «eran menores», mientras que el tipo de cambio se mantendría en torno a 700 pesos por dólar.

Bajo el nuevo panorama, el titular de Hacienda explicó que se recalculó también el déficit del balance estructural estimado para este año tras el drástico ajuste en el precio del cobre.

«(Para) 2016 suponíamos que el balance estructural mejoraba desde -1,6 por ciento (en 2015) a -1,3 por ciento y ese es el compromiso avanzar un cuarto de punto porcentual cada año. Con los nuevos antecedentes, podemos calcular que va a estar entre -1,4 y -1,6 por ciento», dijo Valdés.

El balance estructural es una política -surgida en el 2001- que apunta a mostrar la situación fiscal en una perspectiva de mediano plazo y que hasta fines de la década pasada se ubicó en terreno positivo, apoyado en la bonanza del precio del cobre.

En la práctica, el balance estructural significa ahorrar en tiempos de auge cuando se reciben ingresos que se sabe son sólo transitorios, para poder gastarlos en coyunturas que hacen caer los ingresos o aumentan las necesidades de gasto.

Fuente: Reuters

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