
Tras caer niveles de los US$3 la libra, el cobre ha trepado a un máximo de dos semanas, impulsado por cierre de posiciones cortas y por una intensificación de las compras del metal en junio por parte de importadores chinos y sólidos datos del mercado laboral en Estados Unidos.
Los precios del metal básico se han recuperado de pérdidas de más de un 7 por ciento en junio, pero aún acumulan una baja de un 12 por ciento en lo que va del año.
Además, los importadores chinos de cobre están padeciendo cuellos de botella en los sistemas de almacenamiento de la Bolsa de Metales de Londres a la espera de entregas del metal que ya compraron, lo que resultó en que las primas a la importación de cobre al contado aumentaron en un tercio para mediados de junio.
Por su parte, el sector de servicios de China se expandió modestamente en junio, en una señal de que la economía se está enfriando.
El cobre también fue apuntalado por datos que mostraron que los empleados privados en Estados Unidos crearon más puestos de trabajo en junio y que las nuevas solicitudes de beneficios por desempleo cayeron por segunda semana consecutiva la semana pasada, apuntando a una mejora en las condiciones del mercado laboral.
Luego del rebote técnico en la zona de los US$3 la libra, el metal rojo podría ir a testear la zona de resistencia en niveles de los US$3,25 la libra y volver a caer a la zona de soporte en los US$3, mientras que una caída por debajo de este nivel de soporte podría gatillar fuertes órdenes de venta llevar al metal a buscar un próximo piso en niveles de los US$2,8 la libra.
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