Los líderes de Alemania y Francia lograron un acuerdo conjunto Europa-FMI para tender una red de seguridad financiera para la endeudada Grecia durante una cumbre de la UE el jueves, en un esfuerzo por restaurar la confianza en el euro.
El acuerdo, que un portavoz del Gobierno griego calificó de «totalmente aceptable» tras semanas de duro batallar con la Unión Europea sobre si se ayudaba al país y bajó qué términos, debe ser respaldado por los líderes de las 16 naciones del bloque de la moneda única más tarde el jueves.
El borrador no incluyó cifras, pero una alta fuente de la Comisión Europea dijo que tendría un costo de 20.000 a 22.000 millones de euros (27.000-29.000 millones de dólares) si se requerían para una emergencia.
No obstante, los duros términos impuestos por la canciller alemana, Angela Merkel, significan que el mecanismo podría ser activado sólo bajo estrictas condiciones y requeriría de la aprobación unánime de la zona euro, otorgando a Berlín derecho al veto.
El costo de asegurar la deuda Grecia contra el posible incumplimiento bajó tras las noticias del acuerdo, y la prima que los inversionistas cobran por tener bonos griegos en lugar de los títulos referenciales de Alemania se estrechó.
Pero aun así el diferencial era el doble del de sus pares debilitados de la zona euro de Irlanda y Portugal y cuatro veces el de España.
El Banco Central Europeo también dio un paso al frente en su apoyo a Grecia al extender reglas más blandas para el colateral, de manera que Atenas no corra el riesgo de un estrangulamiento de su deuda a fines de este año.
Bajo el acuerdo, los países de la zona euro suministrarían la mayoría de los fondos para Grecia, bajo rigurosas condiciones establecidas por la Comisión Europea y el BCE, y el Fondo Monetario Internacional contribuiría con dinero y experiencia.
Muchos detalles no fueron aclarados, como la división de responsabilidades entre el FMI y la zona euro en un rescate.
Tras haber dicho durante semanas que no acordaría sobre ningún tipo de ayuda para Grecia, Merkel dio señales al Parlamento de que aceptaría un plan de contingencia si se involucraba el FMI y si los socios de la UE acordaban endurecer las reglas de déficit presupuestario del bloque.
Funcionarios dijeron que el acuerdo mencionó la necesidad de «sanciones» para países que reiteradamente burlen las regulaciones fiscales de la UE. Un funcionario de la UE dijo que también se incrementaría la vigilancia presupuestaria en los países de la zona euro.
Algunos países de la zona euro, notablemente Francia, y funcionarios del BCE, se habían opuesto previamente a cualquier participación del FMI, argumentando que tal medida resaltaría la incapacidad del área de la moneda única para resolver por sí mismos su crisis más severa en sus 11 años de existencia.
El primer ministro griego, George Papandreou, dijo a la prensa en Bruselas que su país seguiría adelante con sus dolorosas medidas de austeridad para disminuir su gigantesco déficit fiscal cueste lo que cueste.
Trichet había ofrecido antes buenas noticias para Atenas, al anunciar que el BCE extenderá hasta el 2011 las reglas para el colateral de préstamos, que debían expirar a fines de este año.
Grecia estaba en riesgo de que sus bonos fueran rechazados como colateral de financiamiento cuando expiraran estas normas del BCE, lo que podría enfrentarla a una nueva crisis de liquidez.
Atenas aún debe lidiar con costos de endeudamiento que duplican con creces los de Alemania y deberá pedir 16.000 millones de euros entre el 20 de abril y el 23 de mayo para refinanciar deuda en vencimiento.
Grecia dice que un paquete de ayuda contingente de la UE tranquilizará a los mercados de crédito y le evitará la necesidad de solicitar ayuda.
En Alemania, la mayor economía de Europa, hay una enorme oposición pública a cualquier rescate para Grecia antes de unas elecciones regionales en mayo, generando temores de que una ayuda financiera directa de la zona euro desate desafíos legales en el país.
Merkel tiene otros incentivos para mantener su firmeza antes de unas cruciales elecciones estatales el 9 de mayo, donde una derrota borraría su mayoría de centro derecha en la Cámara Alta del Parlamento.
Sin un mecanismo de ayuda, se teme que los problemas de deuda de Grecia se diseminen a otros países de la zona euro, como Portugal, España o Italia.
Fuente: Reuters
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