El Banco Central de Chile sorprendió el jueves al mercado al subir en 50 puntos base su tasa clave a un 5,0 por ciento, en una clara señal de su interés por combatir las presiones inflacionarias.
Esta es la tercera alza consecutiva de medio punto porcentual de la Tasa de Política Monetaria (TPM), pese a la disminución en las expectativas privadas de evolución de precios.
El Banco Central reiteró además que será necesario continuar reduciendo el estímulo monetario en los próximos meses.
«El Consejo estima que serán necesarios aumentos adicionales en la tasa de política monetaria, en una magnitud y oportunidad que dependerá de la evolución de las condiciones macroeconómicas internas y externas», explicó en su comunicado.
El instituto emisor destacó que las cifras de actividad, demanda y del mercado laboral dan cuenta del dinamismo de la economía, mientras que las expectativas inflacionarias privadas muestran una reversión, aunque se mantienen por sobre la meta.
Luego de los agresivos incrementos de 50 puntos base en marzo, abril y mayo, analistas prevén que la entidad retomaría un ciclo de alzas más suaves del tipo rector por el resto del 2011.
Un ritmo más moderado de alzas de la tasa clave sería respaldado por aumentos en los precios domésticos para mayo y junio que se ubicarían en torno al 0,4 por ciento, según estimaciones del mercado, a lo que ya se suman expectativas inflacionarias más moderadas para los próximos 12 meses.
En abril, la inflación fue del 0,3 por ciento, levemente inferior a lo esperado por el mercado.
El aumento de la tasa en Chile ocurre en línea con el alza de los tipos de interés en la región, pese al efecto en sus monedas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó a las autoridades monetarias a tomar medidas para impedir que sus economías se sobrecalienten a través del recorte del gasto público, la mantención de una política monetaria sólida y guardar lo máximo posible las ganancias inesperadas por las alzas en las materias primas.
Los incrementos en la tasa clave atraen capitales foráneos y juegan en contra de un programa de intervención cambiaria que inició en enero el Banco Central para contener el avance del peso, que hace unos días toco máximos de tres años.
La nueva alza de la tasa podría contribuir al avance de la moneda local y por esa vía aminorar el costo de las importaciones, como los combustibles, que Chile compra casi en su totalidad desde el extranjero.
Un dólar más barato se ha convertido en un aliado del organismo emisor, pero resta competitividad a los exportadores.
Fuente: Agencias
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