La agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s generó más incertidumbre el lunes sobre los esfuerzos de la zona euro para rescatar a la endeudada Grecia al advertir que consideraría una cesación de pagos un plan bancario francés para una reprogramación de la deuda helena.
La amenaza terminó abruptamente con una escalada de alivio de los mercados de acciones y bonos luego de que Grecia aprobara un nuevo y más severo plan de austeridad la semana pasada, que llevó a los ministros de Finanzas de la zona euro a aceptar darle a Atenas un nuevo préstamo de corto plazo de 12.000 millones de euros.
Las acciones bancarias caían en Europa y el costo de asegurar la deuda griega contra la moratoria retomaban una inexorable alza solo interrumpida brevemente la semana pasada, cuando el Parlamento griego aprobó una nueva ola de recortes de gasto, alzas tributarias y ventas de activos estatales.
Los inversionistas temen que un «default» de Grecia, que ha sido escenario de violentas protestas contra el plan de austeridad, genere repercusiones en todo el sistema financiero mundial con algunos analistas que dicen que esto tendería un manto de duda sobre toda la zona euro.
S&P advirtió el lunes que Grecia posiblemente entrará en suspensión de pagos si sigue con el plan de reprogramación de deuda impulsado por los bancos franceses, hundiendo el dedo en la llaga de un rescate que un alto responsable europeo ha dicho que le costará a Atenas empleos y soberanía.
Políticos y banqueros europeos expresaron la semana pasada su confianza en que la propuesta francesa no desencadenaría una moratoria, pero S&P dijo que entrañaría pérdidas para los titulares de bonos y muy probablemente propiciaría una calificación de «default selectivo».
«Nuestra opinión es que cada una de las dos opciones de financiamiento descritas en la propuesta (de los bancos franceses) probablemente representaría una cesación de pagos según nuestros criterios», dijo S&P.
Los países acreedores del norte de Europa, encabezados por Alemania, insisten en que los bancos y las aseguradoras deben compartir la carga de un apoyo financiero adicional para Grecia, que se estima que necesita unos 120.000 millones de euros en nuevos créditos hasta fines del 2014.
Los bancos galos, principales tenedores de deuda soberana griega, propusieron una renovación voluntaria de algunos de los bonos al momento de su vencimiento, pero según distintas condiciones.
Muchos inversionistas y economistas creen que Grecia tendrá que reestructurar su deuda en el mediano plazo y los rescates solo están ganando tiempo y trasladando el eventual costo desde los bancos a los contribuyentes.
S&P, que ha sido la agencia calificadora más dura con Grecia, recortó el mes pasado la nota soberana del país heleno a «CCC» desde «B» al considerar que cualquier reestructuración de la ingente deuda del país se consideraría efectivamente una suspensión de pagos.
Sin embargo, Fitch Ratings ha dado señales de que podría no ser tan severa y podría no degradar a Grecia a categoría «default» tras un periodo de transacción, dejando al Banco Central Europeo una posibilidad de aceptar los bonos como colaterales en las operaciones de refinanciamiento.
El euro cayó desde el entorno de los 1,4550 dólares a un mínimo de sesión de 1,4510 dólares tras los comentarios de la agencia.
Fuente: Reuters
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