La economía estadounidense se contrajo inesperadamente en el cuarto trimestre del año pasado, el primer retroceso que sufre desde la recesión que terminó hace más de tres años, ya que las empresas recortaron el abastecimiento de existencias, lo que se combinó con una fuerte disminución del gasto público.
El Producto Interno Bruto (PIB) registró una caída de 0,1 por ciento anual tras crecer a una tasa de 3,1 por ciento en el tercer trimestre, dijo el miércoles el Departamento de Comercio.
Fue el peor desempeño desde el segundo trimestre del 2009, cuando terminó la recesión, y apunta a que la economía entró sin impulso en el 2013. Pero algunos economistas dijeron que no se tendrían que sacar muchas conclusiones del declive de la producción.
«Hay una combinación de inventarios y (gasto en) defensa que sacó más de 2 puntos porcentuales de la tasa de crecimiento», dijo Nigel Gault, un economista de IHS Global Insight en Lexington, Massachusetts. El dato de hoy «no es un indicador de una recesión».
De todos modos, la contracción, en un contexto de ajuste fiscal, podría generar temores de una nueva retracción de la actividad y crear urgencia para que los funcionarios aborden los problemas presupuestarios aun no resueltos.
Los analistas encuestados por Reuters esperaban un avance del 1,1 por ciento en la primera lectura del PIB para el cuarto trimestre.
Ninguno de los economistas encuestados había proyectado una contracción.
«La caída ciertamente no fue lo que el mercado esperaba. Hubo un crecimiento de inventarios menor a lo esperado, las exportaciones fueron un lastre para eso y hubo una fuerte caída de las compras del gobierno», dijo Terry Sheehan, analista económico de Stone & McCarthy Research Associates en Princeton, Nueva Jersey.
«Tenemos una desaceleración en el gasto del gobierno asociada a la situación fiscal, así como un ajuste en la actividad militar. Pero esto también es una estimación preliminar, buena parte del cual se basa en supuestos del Departamento de Comercio», agregó. «Esto podría ser revisado, esperanzadoramente al alza en el próximo informe».
Un repunte del consumo y de la inversión empresarial, sin embargo, limitó la caída de la producción y ofreció alguna esperanza para la recuperación, que enfrentará una dura prueba mientras Washington se ajusta el cinturón.
Otro informe del miércoles mostró que los empleadores privados aumentaron las contrataciones en enero, sugiriendo una mejora del mercado laboral. Un incremento del empleo podría minimizar las fuerzas en contra que enfrenta la economía en el primer semestre.
El reporte del empleo nacional de la firma ADP mostró que las nóminas privadas subieron en 192.000 en enero tras crecer 185.000 en diciembre.
Los precios de la deuda pública estadounidense repuntaban tras el número del PIB mientras que el dólar caía y los futuros de las acciones ampliaban las bajas.
Los datos del PIB se divulgan mientras los funcionarios de la Reserva Federal concluyen un encuentro de dos días.
El informe probablemente ofrecerá municiones para los responsables del banco central estadounidense que se inclinan por preservar la política monetaria ultraexpansiva.
Los economistas dicen que se necesitaría un crecimiento mayor al 3 por ciento, por un período de tiempo sostenido, para bajar significativamente el alto desempleo. La economía ha tenido problemas para mantenerse arriba de una expansión del 2 por ciento.
En todo el 2012 la economía creció 2,2 por ciento.
La actividad sufrió el impacto de una enorme tormenta a fines de octubre, que causó grandes daños en la costa este de Estados Unidos y que según los cálculos, recortó alrededor de medio punto porcentual del crecimiento en el último trimestre.
La recuperación también tuvo que lidiar con la incertidumbre sobre el llamado abismo fiscal, de recortes de gastos y alzas impositivas programadas, que perjudicó a la confianza incluso cuando otros datos sugerían que las familias y empresas superaron esas preocupaciones.
ALGUNOS PUNTOS POSITIVOS
Las empresas, que se habían encontrado con muchos inventarios en sus depósitos en el tercer trimestre, moderaron su acumulación de existencias en los tres meses finales del año.
Esa desaceleración restó 1,27 puntos porcentuales del crecimiento del PIB del cuarto trimestre. Fue la mayor contribución negativa en dos años.
Sin contar los inventarios, la economía creció a un ritmo de 1,1 por ciento, contra el 2,4 por ciento del tercer trimestre.
El gasto público se desplomó a un ritmo de 6,6 por ciento, por una caída de 22,2 por ciento en el rubro de defensa que eliminó el aumento del trimestre previo.
El gasto del gobierno restó 1,33 puntos porcentuales al crecimiento, y el declive en defensa fue el mayor desde 1972.
La debilidad de las exportaciones también pesó sobre la expansión, como resultado de la recesión en Europa, el enfriamiento de China y alteraciones portuarias por la tormenta y por huelgas. Las exportaciones registraron la primera reducción desde el primer trimestre de 2009.
En general, el comercio recortó un cuarto de punto porcentual del crecimiento del PIB.
Pero, en forma importante, el gasto del consumidor y de las empresas dio señales de fortaleza y los ingresos disponibles de las familias después del pago de impuestos y de la inflación subieron sustancialmente en el cuarto trimestre.
El gasto del consumidor creció a un ritmo de 2,2 por ciento, acelerándose desde el 1,6 por ciento del trimestre previo.
La inversión empresarial repuntó tras su primera baja en un año y medio en el tercer trimestre.
El mercado de las casas fue muy favorable, ya que la construcción residencial creció a una tasa de 15,3 por ciento después del 13,5 por ciento del tercer trimestre.
La construcción de casas sumó al crecimiento del año pasado por primera vez desde 2005.
Fuente: Reuters
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