El Banco Central de Chile dejó el martes estable en un 3,0 por ciento su tasa de interés de referencia, tal como esperaba el mercado, para estimular una debilitada actividad doméstica en medio de una inflación que sigue elevada.
Con esta decisión, la Tasa de Política Monetaria (TPM) sumó nueve meses sin cambios, luego que hasta octubre del año pasado se completó un ciclo de recortes por un total de 200 puntos básicos, en un intento por apurar el tranco de la economía que ha estado marcada por un enfriamiento de las inversiones y del consumo.
En sondeos divulgados recientemente, operadores y analistas estimaron que la tasa se mantendría en 3,0 por ciento en julio y en lo que resta del año.
La mantención de la tasa clave se enmarca dentro de la estrategia del Banco Central de un tono neutral de su política monetaria, pero esta vez el énfasis apuntaría hacia las nuevas señales de desaceleración del mayor productor mundial de cobre.
«La actividad y la demanda se han mostrado más débiles que lo contemplado», dijo el Banco Central en un comunicado.
La actividad económica creció tan sólo un 0,8 por ciento interanual en mayo, bastante por debajo de lo esperado por el mercado.
«Las expectativas privadas de crecimiento han bajado para este año y el próximo. Los indicadores de confianza no se han recuperado», dijo la entidad.
El Gobierno, en tanto, recortó la semana pasada su pronóstico de crecimiento de la economía chilena a una expansión de un 2,5 por ciento para este año desde un cálculo previo del 3,6 por ciento.
En contraste con la marcha de la actividad doméstica, la inflación no ha cedido terreno por los efectos de la depreciación del peso en las importaciones, especialmente de combustibles.
En esa línea, el Banco Central dijo que la «evolución de la inflación seguirá monitoreándose con especial atención».
Al mismo tiempo destacó que las expectativas de mercado aumentaron en materia de inflación en el corto plazo, pero que a dos años permanecen sin cambios.
Por ello, el Consejo reafirmó su compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad, de manera que la inflación proyectada se ubique en 3 por ciento en el horizonte de política.
«Cambios futuros en la TPM dependerán de las implicancias de las condiciones macroeconómicas internas y externas sobre las perspectivas inflacionarias», dijo el organismo rector.
Fuente: Reuters
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