El crecimiento de la producción industrial y de las inversiones en China incumplieron con las previsiones en agosto, apuntando a un mayor enfriamiento de la segunda mayor economía del mundo que probablemente lleve al Gobierno a desplegar más medidas de estímulo.
Los datos desalentadores fueron publicados tras débiles lecturas de comercio e inflación, lo que aumentó las probabilidades de que el crecimiento económico en el tercer trimestre pueda bajar de un 7 por ciento por primera vez desde la crisis global.
Los temores de una desaceleración económica global encabezada por China han agitado a los mercados en las últimas semanas, lo que ha aumentado las especulaciones de que la Reserva Federal de Estados Unidos podría abstenerse de elevar las tasas de interés la próxima semana.
«El ritmo de enfriamiento en las inversiones en activos fijos está siendo presionado en forma relativamente rápida por el sector inmobiliario, mientras que el sector fabril permanece débil», dijo Zhou Hao, economista senior de Commerzbank AG en Singapur.
«En general, la economía está muy débil y el banco central podría tener que seguir recortando las tasas de interés y el encaje bancario», sostuvo Zhou, quien agregó que cree muy probable que el crecimiento baje de un 7 por ciento en el trimestre de julio a septiembre.
El crecimiento de las inversiones en activos fijos en China, uno de los principales motores de la economía, se desaceleró a un 10,9 por ciento en los primeros ocho meses de 2015, el ritmo más débil en casi 15 años, mostraron datos de la Oficina Nacional de Estadísticas publicados el domingo.
Analistas consultados en un sondeo de Reuters proyectaban un incremento del 11,1 por ciento y el dato de compara con un aumento del 11,2 por ciento entre enero y julio.
La producción industrial también fue más débil a lo previsto, con un alza interanual de 6,1 por ciento en agosto. El mercado proyectaba un avance de 6,4 por ciento, frente a la cifra de 6,0 por ciento de julio.
La expansión anual de las inversiones inmobiliarias chinas se desaceleró a un 3,5 por ciento en los primeros ocho meses del año, la lectura más débil desde comienzos de 2009, frente a un 4,3 por ciento entre enero y julio.
«El sector inmobiliario es el mayor lastre de la economía china», dijo el economista jefe de Huatai Securities en Shenzhen, Yu Pingkang.
«Un repunte de la inversión en infraestructura es insuficiente para contrarrestar la desaceleración en la inversión inmobiliaria», agregó Yu, que prevé un crecimiento económico de un 6,9 por ciento para el tercer trimestre.
La única sorpresa positiva fueron las ventas minoristas, que subieron un 10,8 por ciento interanual en agosto, más que el avance previsto de 10,5 por ciento e igualando la lectura de julio.
La sorpresiva devaluación del yuan chino el mes pasado y un desplome de sus mercados bursátiles desde junio han aumentado los temores a más impactos a la economía, aunque el primer ministro Li Keqiang desestimó la semana pasada las preocupaciones de que el país enfrente un aterrizaje brusco.
La mayoría de los analistas concuerdan con que la economía china probablemente enfrenta una desaceleración prolongada, pero gradual, en vez de una caída fuerte.
El Gobierno tiene como objetivo lograr un crecimiento económico anual cercano a un 7 por ciento este año, que sería el más bajo en 25 años.
Fuente: Reuters
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