Fitch Ratings recortó el jueves la calificación de deuda de Brasil hasta dejarla al borde del nivel especulativo, y advirtió que el país podría perder pronto su nota de grado de inversión por el deterioro de las finanzas del Gobierno, en medio de una recesión prolongada y de la persistente incertidumbre política.
La decisión, que posiblemente aumentará los costos de endeudamiento del Gobierno y las compañías brasileñas, aumenta la presión sobre la presidenta Dilma Rousseff para sacar adelante nuevas medidas de recortes de gastos en el Congreso.
Sin embargo, la austeridad podría hundir más en la recesión a la mayor economía de Latinoamérica, debilitando a un Gobierno ya afectado por los desencuentros políticos y la creciente oposición de los legisladores.
La agencia redujo la nota de Brasil a «BBB-» desde «BBB» y mantuvo el panorama negativo para la nueva calificación, lo que sugiere que podría aplicar otra rebaja dentro el próximo año.
Si una segunda agencia de calificación -después de Standard & Poor’s- decide colocar a Brasil en el grado especulativo generaría más presión sobre la economía, debido a que podría obligar a los inversores a vender parte de sus activos en el país sudamericano.
«El panorama negativo refleja la postura de Fitch de que el bajo desempeño económico y fiscal probablemente persistirá, y que la incertidumbre política podría seguir afectando la confianza general», dijo Fitch, y agregó que ese factor «retrasaría un cambio en la inversión y el crecimiento».
La moneda brasileña, el real retrocedió más de un 1 por ciento contra el dólar tras el anuncio, aunque luego se recuperaba para cotizar estable, mientras que las acciones bajaban en la bolsa de Sao Paulo.
«Fitch nos está dando cierto tiempo para avanzar en la dirección de los ajustes fiscales necesarios», dijo Carlos Kawall, economista jefe del banco J.Safra en Sao Paulo. «Pero ellos no van a esperar todo el año, está muy claro que su paciencia es más corta», sostuvo.
Un funcionario del Ministerio de Hacienda dijo que era «terrible» que Fitch mantuviera un panorama negativo en la calificación de Brasil. Un asesor de Rousseff indicó que la nueva evaluación de la agencia era un «asunto de preocupación».
La decisión se produce a poco más de un mes de que Standard & Poor’s despojara a Brasil de su preciado grado de inversión. S&P dijo que los crecientes problemas políticos habían complicado la política económica del país.
El 11 de agosto, Moody’s Investors Service degradó su nota para el país al menor nivel dentro del grado de inversión con un panorama estable.
Fuente: Reuters
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